jueves, 11 de junio de 2015

Una perspectiva histórica de la TI (XIV): la convergencia con la electrónica de consumo


Hasta fines de la década del ´90, la evolución de la industria del confort siguió una evolución paralela a la informática.  Fabricantes de televisores, radios y otros electrodomésticos tenían sus propias preocupaciones y discusiones sobre estándares, normas y tecnologías.
Esto cambió cuando el ordenador personal llegó a la mayoría de los consumidores.  A partir de ese momento, ambas industrias vivieron un proceso de rápida convergencia.  Y básicamente en una sola dirección, todos los dispositivos electrónicos tendieron al paradigma de la tradicional arquitectura del ordenador, aunque tuvieran funciones tan especializadas como un frigorífico o una lavadora.
Hoy en día todos estos dispositivos están basados en microchips, con amplias capacidades de autorregulación y programación, incluyendo mayores posibilidades de personalización que en el pasado.  Esta evolución fue notoria en el caso de los dispositivos audiovisuales, que rápidamente abandonaron sus antiguos estándares analógicos y adoptaron los estándares digitales que estableció la industria informática. Tecnologías como DVD o MP3 hoy son comunes (y casi obsoletas) en las actividades cotidianas, ya alejadas de los círculos de los profesionales informáticos.  

Lo único que aún conserva como diferencia la industria de “electrónica de consumo” es, quizás, el diseño ergonómico de los productos, dado que hasta los más especializados funcionan basados en los paradigmas de arquitectura y estándares de la industria informática.  Esta tendencia tiende a acentuarse, cuando aparecen ya dispositivos para lograr un control centralizado de todos los artefactos electrónicos de un hogar.
El impacto en la industria informática
Como vimos, entre los años 2000 y 2005, el fenómeno destacado no se dio, como en los años anteriores, en la evolución de los clientes empresariales, sino, sobre todo gracias a Internet, en el atomizado sector de los consumidores finales de estas tecnologías.
Si bien no se puede decir que esta revolución haya llegado a todas las capas de la población (sobre todo en los países de menor desarrollo relativo), es cierto que el sector más consumidor de productos electrónicos y culturales, en todo el mundo abrazó con fuerza y masivizó el uso de estas tecnologías.
El impacto en la golpeada industria informática de fines de los ´90, fue importante.  Empresas como Microsoft, Apple o Intel, volcaron una mayor cantidad de recursos a explotar el mercado de consumo y mantuvieron altos niveles de crecimiento.  La primera es un buen ejemplo: desarrolló una importante línea de negocios en el campo de los juegos de ordenador, los dispositivos portables y actualmente en la domótica.
 
Primer Apple Store abierto en Tysons Corner (Virginia) en 2001
La industria informática comenzó a converger con la electrónica de consumo
Las empresas ligadas a las telecomunicaciones dedicaron sus inversiones a ampliar sus servicios a los clientes residenciales y PYMEs, por medio del crecimiento de sus redes de ADSL y la evolución de los estándares de telefonía móvil.
Las empresas de Internet que sobrevivieron a la “burbuja” fueron aquellas que lograron una importante “masa crítica” en el ámbito de los consumidores finales: Google, Yahoo, e-Bay, son buenos ejemplos de ello.

Pero lo más importante de todo es que este vuelco a la masificación de las tecnologías que lideraron la transformación empresaria de los ´80 y ´90, trajo aparejada la creación de miles de nuevas empresas, que se especializaron en los nichos que se fueron creando: desarrolladores de juegos electrónicos, nuevas formas de distribución de contenidos digitales (o digitalizados), plataformas de mensajería SMS, novedosos servicios de geolocalización y seguridad, y muchos otros.

A comienzos de 2005, la convergencia entre las tecnologías de comunicaciones, informática y electrónica de consumo dio lugar a lo que se dio por llamar un “Hipersector” donde se confundían actores que anteriormente se entendían miembros de diferentes sectores de la economía.  En este “hipersector” actualmente conviven:
-          Fabricantes de hardware
-          Fabricantes y distribuidores de productos electrónicos
-          Desarrolladores de software
-          Integradores de sistemas
-          Operadores de telecomunicaciones
-          Medios de comunicación electrónicos
-          Desarrolladores y distribuidores de contenidos digitales


Supervivientes y entrantes al nuevo "hipersector"
Foto: Daniel Iversen


Por supuesto, hay empresas que participan en más de una de estas actividades tendiendo generar una mayor “economía de escala” al agregar nuevas capas de servicios sobre los existentes o lanzando “paquetes combinados” de productos y servicios de diferente índole.

En un mundo golpeado por la recesión económica de los años 2000 y 2001, donde las grandes empresas restringieron sustancialmente sus inversiones en tecnología, puede resultar extraño que la industria soportara su crecimiento en los pequeños consumidores.  No obstante, más allá de situaciones puntuales, en una época de crisis, estas tecnologías demostraron aumentar sustancialmente la productividad personal y ajustarse adecuadamente a un nivel de consumo más reducido.

La gente descubrió que buscar empleo por Internet era muy barato y eficiente.  Que era un medio excelente para formarse, investigar y aprender cosas que les dieran mejor salida laboral en un mundo donde el trabajo estaba muy limitado. Los nuevos medios audiovisuales eran un entretenimiento barato, mucho más que salir y desplazarse, incluso la digitalización provocó un inmediato aumento de la piratería de contenidos, que de ser obligadamente de pago, pasaron a ser gratuitos.  Hacer gestiones, operaciones bancarias, enviar correspondencia u otras actividades cotidianas se realizaban mucho más eficientemente usando Internet o las aplicaciones del móvil. 

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