miércoles, 10 de junio de 2015

Una perspectiva histórica de la TI (XIII): primera oleada de comunicación móvil



A principios de 2000, la telefonía móvil basaba su modelo de negocios en las comunicaciones de voz. Las comunicaciones de datos y sus aplicaciones desde un puesto móvil normalmente se soportaban en equipos específicos diferentes al “terminal” de telefonía móvil: PDAs y otros tipos de ordenadores portables, que necesitaban un punto de acceso a una red de datos para poder operar.  Dado el coste de equipos y conectividad, estas aplicaciones estaban, limitadas a redes empresariales, cuando había una mejora importante en productividad, que lo justificara.

Participé en un ejemplo de este tipo de aplicaciones en los año 1996 y 1997.  Una gran empresa farmacéutica en Argentina tenía una fuerza de ventas de alrededor de 200 Visitadores Médicos trabajando en la calle.  Para la empresa era muy importante la recogida de partes e informes en tiempo real de parte de los mismos, así como el suministro de información actualizada de productos y promociones de una forma eficiente, reduciendo costos de desplazamientos, comunicaciones telefónicas de larga distancia y correo postal a todo el país.

Este objetivo se logró dotando a cada Visitador de un PDA (Apple Newton 2000) equipado con un módem para conectarse a Internet mediante una llamada local a un ISP con servidores situados en todo el país.  El Visitador registraba sus partes e informes directamente en el PDA, prescindiendo del papel, y diariamente transmitía los datos a un servidor central, de donde recibía también mensajes y actualizaciones de los datos locales de su PDA.  Este era el tipo de aplicaciones móviles que se conocían y que aplicaban sobre todo a fuerzas de venta o de campo, y no estaban disponibles para el público en general.



Esto cambió. Los teléfonos móviles empezaron a incorporar una cantidad de aplicaciones novedosas y disponibles masivamente.  Funciones como agendas y directorios empezaron a ser parte natural del teléfono.  La incorporación de mensajes de texto SMS abrió camino a una enorme cantidad de nuevas aplicaciones, muchas de ellas que sorprendieron a los mismos creadores de la misma.

Los nuevos estándares de comunicación GSM GPRS y UMTS abrieron también el camino de la convergencia entre PDAs y teléfonos móviles.  La red móvil pasaba de ser una red analógica montada sobre ondas de radio, a ser una red digital donde “paquetes” de distinto tipo (voz, datos) se intercambiaban entre diferentes “terminales”.  Esto permitió que el teléfono móvil ejerciera una serie de funciones adicionales: de localización, correo electrónico, navegación de páginas web, acceso a diferentes contenidos audiovisuales,  ejecución de aplicaciones corporativas.

Ericsson R380 (año 2000)
El primer dispositivo al que se llamó "Smartphone"

Pero lo más importante es que estas nuevas funciones no sólo estaban disponibles para las redes empresariales sino para el público en general, con un coste apenas superior al que tenían por la comunicación de voz tradicional.  Alrededor de esto, los usuarios muchas veces crearon sus propias redes y verdaderamente crearon nuevas “industrias” alrededor de estas capacidades de comunicación.
Este es el caso de los contenidos para móviles.   

La descarga de fotos, videos, archivos de audio para “personalizar” los terminales se transformó en una industria en si misma que factura miles de millones de dólares en el mundo. Lo mismo sucede con otras actividades de ocio o entretenimiento, participación en concursos, juegos interactivos, todos ellos basados en el móvil, incluyendo servicios públicos como localización de personas, aplicaciones médicas, medios de pago y otras.
Móvil tocando música
La industria de tonos y contenidos musicales para móviles fue una de las primeras en despegar


No hay comentarios:

Publicar un comentario